miércoles, diciembre 06, 2006

Gerardo Octavio Solís Gómez, gobernador de Jalisco

Por: Joel Huacuja Betancourt, corresponsal, www.quehacerpolitico.com.mx
GUADALAJARA, Jal.– Dos días después de cumplir 49 años de edad (19 noviembre 1957, Guadalajara, Jalisco), el maestro en Derecho Gerardo Octavio Solís Gómez se convierte en gobernador de Jalisco, para cubrir interinamente el cargo vacante por licencia de Francisco Ramírez Acuña, del 21 de noviembre de 2006 al 28 de febrero de 2007, cuando le suceda Emilio González Márquez.
Solís fue procurador de Justicia a finales del sexenio del gobernador Alberto Cárdenas Jiménez, hoy secretario de Agricultura en el gabinete del presidente electo Felipe Calderón.
Su carrera en la Procuraduría de Justicia de Jalisco, en el mandato de Cárdenas, la inició como subprocurador regional en Puerto Vallarta.
En esa turística y hermosa costa norte de Jalisco, Solís se distinguió por su eficiencia y discreción, cualidades que todavía mantiene.
Poco conocida fue su labor en Puerto Vallarta, sólo los vallartenses apreciaron la reestructuración y eficiencia en la procuración de justicia. En Guadalajara y el resto del estado, Solís era un desconocido.
El entonces gobernador Cárdenas Jiménez lo ascendió a subprocurador. En ese cargo el hoy gobernador interino de Jalisco sufrió un resbalón político.
Resulta que Alberto Cárdenas decidió remover al procurador en funciones y sustituirlo con el subprocurador A, Gerardo Octavio Solís Gómez.
Cuando todavía no se hacía oficial el anuncio por parte del gobernador Cárdenas, Gerardo Octavio Solís firmó oficios con nuevos nombramientos y remociones, pero falló la discreción que le había caracterizado y copia de uno de esos oficios fechado con antelación a su protesta como procurador se publicó en el periódico Siglo 21, lo que hizo que Cárdenas montara en cólera (un caballo berrinchudo y relinchón que todavía usa el hoy secretario de Agricultura...) y se vino abajo ese ascenso.
Solís aprendió la lección. Salió de la Procuraduría de Justicia y Cárdenas lo envió al purgatorio, junto con su cercano equipo, a la Dirección Jurídica de la Secretaría de Vialidad. Esa lección en política fortaleció y maduró a Octavio Gerardo Solís y su inteligencia lo llevó de nuevo a que Cárdenas, meses después, lo nombrara procurador general de Justicia de Jalisco finalmente.
Al nuevo sexenio, 2001-2007, el nuevo gobernador Francisco Ramírez Acuña peleó contra la Constitución Política de Jalisco y los diputados opositores del PRI, pero logró ratificar en el cargo a Gerardo Octavio Solís.
Duró más de cinco años de procurador y en el verano de 2006, Solís reemplazó al hoy senador Héctor Pérez Plazola en la Secretaría General de Gobierno de Jalisco.
Finalmente, el 21 de noviembre del mismo 2006, el Congreso de Jalisco le tomó protesta como gobernador interino de Jalisco.
Gerardo Octavio Solís Gómez es un hombre discreto y eficiente, especialista en uso y manejo de la información, con grandes dotes de administrador, y logra que las cosas se hagan bien por quien las tiene que hacer en el momento preciso.
Es, además, amante del arte y la cultura, principalmente en la plástica y otras corrientes. Es poco conocido fuera de un cerrado círculo de amistades, pero logró el respeto de la ciudadanía en el difícil cargo de procurador.
Como político, ha demostrado que tras la lección aprendida en 1998-1999, por pecados de indiscreción, que puede llegar muy alto.
Al concretarse el nombramiento de Ramírez Acuña en la Secretaría de Gobernación, del gabinete de Felipe Calderón, Solís Gómez podría irse en marzo próximo como subsecretario de Gobernación.
Con esa posible inclusión, Jalisco tendría tres ex gobernadores trabajando en un gabinete presidencial...
¡Que pase un buen día!

miércoles, noviembre 29, 2006

La serenidad de un gobernador

Por Joel Huacuja Betancourt
• Ramírez Acuña fue un gobernador a secas, con fallas y terquedades. Cerrado a las corrientes ajenas a su círculo, mantuvo alejados talentos y perspectivas de progreso
GUADALAJARA, Jal.– Francisco Ramírez Acuña, gobernador de Jalisco, muestra en los últimos días de su mandato una serena y estoica actitud política. Está en juego su futuro activo como político, pero no el memorial histórico de ex gobernador de Jalisco que ya se ha ganado, ni la discreta indiferencia o el tibio respeto de siete millones de jaliscienses.
Ramírez Acuña nunca fue cercano a la gente, a los jaliscienses comunes. No fue populista en el sentido político ni popular en el humano.Mantuvo las distancias, el respeto a la investidura. No cayó en excesos ni en escándalos. No fue víctima de rumores o chistes malsanos. Si acaso quedan por ahí murmullos, no demostrados aún, de su presunta participación en jugosos negocios en el transporte público.
Fue un gobernador a secas, con fallas y terquedades. Cerrado a las corrientes ajenas a su círculo, mantuvo alejados talentos y perspectivas de progreso. Vetó primero y luego nulificó el Consejo Económico y Social de Jalisco. Un organismo modelo y único en la República Mexicana, pero que hasta estos últimos días de su mandato se mantiene como un ente fantasmal.
En lo político, se enfrentó al hoy gobernador electo Emilio González Márquez. En la contienda electoral del 2 de julio a la gubernatura del estado, se la jugó Ramírez Acuña por el candidato priísta Arturo Zamora. Esa factura le queda pendiente. Esa jugada política fue subterránea y poco conocida por la opinión pública, pero ahí está en el tapete.También Ramírez Acuña se enfrentó en diversas ocasiones al dirigente nacional del PAN, Manuel Espino, y al presidente Fox, cuando destapó aquí en Jalisco a Felipe Calderón.
El gobernador Ramírez Acuña fue cuestionado, recriminado, criticado por la obra pública. Poca y cara y sin prioridades y ni así relevó en el cargo a Claudio Sáinz, el secretario de Desarrollo Urbano catalogado como el más ineficiente de sus colaboradores, en un gabinete gris, en donde nunca brilló el talento político, la eficiencia administrativa o el sentido de la función pública. De ese equipo se salvan, aunque siempre se subordinaron con disciplina, Eduardo Rosales Castellanos, actual dirigente estatal del PAN (y posible sucesor de Manuel Espino en la dirigencia nacional panista) y Abraham González Uyeda, ex secretario de Finanzas, empresario lechero de Jalisco, y actualmente en el equipo de Felipe Calderón.
Ramírez Acuña gobernó a Jalisco sin luces ni sombras a su alrededor. Fue el gobernador solitario, el hombre y político que se encerraba en la soledad del despacho a tomar las decisiones. Medidas buenas o malas fueron suyas y el balance de la historia lo coloca en la medianía de la balanza.No fue ni muy bueno ni tan malo. Fue un gobernador al viejo estilo de la política mexicana.
José Antonio Gloria Morales, ex presidente estatal del Partido Acción Nacional en el año 2005, al calor de las contiendas internas por la sucesión en la dirigencia panista, declaró públicamente que Francisco Ramírez Acuña era “el más tradicional de los priístas”, en un ingenioso juego de palabras entre las pugnas de los grupos tradicionalistas del PAN y los yunquistas y neopanistas.
Como hombre, Francisco Ramírez Acuña siempre se mostró ante los jaliscienses como un hombre de respeto, digno, firme.Y así, con esa dignidad, enfrenta en la soledad de su despacho los últimos días de su mandato, un mandato sexenal que termina el uno de marzo de 2007, pero que podría terminar antes si es que Calderón lo llama a sus filas, al primer gabinete del 1 de diciembre próximo.
Ramírez Acuña, hasta el 20 de noviembre aún no había sido llamado para integrar ese equipo y ya lo ha dicho, sino es llamado a un puesto de primer nivel (Secretaría de Gobernación, Economía, Relaciones Exteriores...), por dignidad de los jaliscienses no aceptaría un cargo inferior. Después de todo, Jalisco fue quien le dio a Felipe Calderón el mayor número de votos, aquí fue destapado como precandidato a la Presidencia por el mismo Ramírez Acuña y aquí ganó la elección interna y la del 2 de julio.De cualquier manera, si se va antes o se queda, Francisco Ramírez Acuña será un buen ex gobernador...¡Que pase un buen día!

martes, noviembre 14, 2006

Jalisco: La cocina, o el primer círculo del poder



GUADALAJARA, Jal.– Fernando Guzmán Pérez Peláez y Herbert Taylor Arthur son hoy más una parte de las coincidencias y convergencias que los unen que las diferencias políticas que pudieran haber tenido en el pasado. Los dos son hombres del gobernador electo de Jalisco, Emilio González Márquez, y junto con Alonso Ulloa Vélez y Antonio Gloria Morales, conforman el primer círculo del poder.

Están metidos ahí, en la cocina, en el kitchen cabinet de los anglosajones, donde se cocina de todo, hasta la política...

Es un círculo cerrado, en donde se toman las decisiones. La chefatura corre a cargo de Fernando Guzmán y Herbert Taylor como operadores del eje central de la política de González Márquez.

Antonio Gloria y Alonso Ulloa son los ejecutores y aterrizadores de las decisiones en esta etapa de la transición gubernamental en Jalisco.

Alonso Ulloa Vélez es el coordinador del equipo de transición y Antonio Gloria lleva la agenda y la planeación estratégica del gobernador electo.

Lo fuerte, la operación política en Jalisco y en el resto del país, corre a cargo de Fernando Guzmán Pérez Peláez y Herbert Taylor.

Estos dos personajes fueron diputados federales plurinominales por Jalisco y diputados locales. Guzmán fue además secretario General de Gobierno en el sexenio de Alberto Cárdenas (1995-2000) y Herbert Taylor fue también director y coordinador del Plan Puebla Panamá, al cual renunció en octubre de 2004.

Tanto Guzmán como Taylor pueden llegar a ocupar el primer sitio, después del gobernador, como secretarios de Gobierno. A ellos dos se suman como prospectos Tomás Coronado Olmos, actual secretario general del ayuntamiento de Guadalajara y el alcalde de Tepatitlán, Ramón González González, ambos mencionados en este espacio de QUEHACER POLÍTICO en las dos anteriores ediciones.

Queda claro que más allá de la designación de cualquiera de los cuatro mencionados, en el primer círculo de Emilio González Márquez, en el kitchen cabinet, en donde se cocina de todo, están como hombres fuertes de la estrategia y la operación y ejecución de decisiones Herbert Taylor, Fernando Guzmán Pérez Peláez, Antonio Gloria Morales y Alonso Ulloa Vélez.

A los cuatro mencionados, incluido su jefe y líder Emilio González Márquez, los aglutina, además, el ser adversarios políticos del gobernador saliente Francisco Ramírez Acuña.

Los cuatro, en su momento, fueron agraviados y aplastados políticamente hablando por la fuerza e influencia del político, al que llaman Paco.

Paco, el terrible, sale ya de un cargo de seis años, en donde ejerció el poder político casi hegemónicamente. Pero no pudo derrotar a Emilio González Márquez cuando lanzó su candidatura primero a presidente municipal de Guadalajara en 2003 (en donde ganó también las elecciones constitucionales), y después a la gubernatura. Dentro del equipo de campaña del ahora gobernador electo Emilio González Márquez no es un secreto que Ramírez Acuña boicoteara la campaña y apoyara al candidato del PRI, Arturo Zamora.

Tanto es así, que Emilio González Márquez ganó en 61 de los municipios y Felipe Calderón en 101 municipios, en donde se advierte que esa mayoría de votos diferenciados en 39 municipios hacia el candidato a gobernador panista y a favor del priísta tuvo mucho que ver con la acción del gobernador, quien históricamente rindió su informe itinerante en las 12 regiones de Jalisco, en lugar de hacerlo en el Congreso, como lo habían hecho todos los gobernantes desde tiempos de don Prisciliano Sánchez...

¡Que pase un buen día!

martes, octubre 31, 2006

TOMÁS CORONADO OLMOS Y JOSÉ CEBALLOS, ¿PARA EL GABINETE DE EMILIO GONZÁLEZ MÁRQUEZ?


Tomás Coronado Olmos, secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, se perfila como uno de los hombres fuertes en el equipo del gobernador electo, Emilio González Márquez. Las nueces y no el ruido, según afirman panistas enterados, hacen que sobresalga en esta etapa de la transición gubernamental de Jalisco.
Sin reflectores, con una labor discreta y eficiente en la segunda ciudad capital del país, el abogado Tomás Coronado Olmos reúne los requisitos para encabezar el gabinete de Emilio González para el próximo primero de marzo, según dicen algunos hombres del poder en la política estatal.
Esta corriente que pone al descubierto que Tomás Coronado sería el próximo secretario general de Gobierno fue corroborada por distintas fuentes.
Tomás Coronado fue diputado federal por el noveno Distrito de Jalisco, al ganar por mayoría relativa en las elecciones del 2000.
En la LVIII Legislatura (2000-2003) se destacó por presidir la influyente y destacada comisión de Gobernación y Seguridad Pública.
Sus participaciones en la tribuna y la iniciativa de ley que presentó sobre las reformas a la Ley Federal de Juegos con Apuestas y Sorteos, lo destacaron como legislador.
Sus participaciones en la comisión especial sobre seguridad pública, fueron otras de las tareas que hizo Coronado Olmos en la LVIII Legislatura.
Eso y su cercanía con el gobernador electo Emilio González Márquez, lo sitúan como el político con el mejor perfil para integrarse al gabinete en la cabeza como secretario general de Gobierno.
Tomás Coronado Olmos se quedó en el mismo cargo como secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, en donde era su jefe el entonces alcalde Emilio González Márquez.
Coronado Olmos, en esa etapa preelectoral, trató de competir por la candidatura del Partido Acción Nacional a la presidencia municipal de Guadalajara, pero la oposición del gobernador Francisco Ramírez Acuña y del presidente estatal del PAN, Eduardo Rosales (quien ya busca la presidencia nacional de su partido), le hicieron ver que no era el tiempo de confrontarse y finalmente le dejó libre el camino al ahora alcalde electo de Guadalajara, el médico Alfonso Petersen Farah.
Ahora, a cuatro meses del cambio del Ejecutivo el primero de marzo del 2007, el todavía secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, Tomás Coronado, sigue con su trabajo municipal. El 20 de octubre encabezó en el basurero de Matatlán la destrucción de medio millón de películas y discos musicales piratas decomisados por los inspectores del Ayuntamiento tapatío. Sobrio y afable, sólo trabaja y no dice nada sobre sus aspiraciones...

JOSÉ CEBALLOS FLORES

Otro personaje de la política panista local es José Ceballos Flores, actual director del Archivo Histórico Municipal de Guadalajara.
El rumor es fuerte sobre su inclusión en el gabinete de Emilio González Márquez, como próximo secretario de Cultura.
Por lo menos, para tomar en cuenta la posibilidad de su arribo a la silla donde se rige la política cultural del Estado, tiene la amistad manifiesta del gobernador electo. Lo incluyó en su equipo de trabajo en el 2003 y pese a la oposición y repudio de varios sectores sociales y políticos (por antecedentes judiciales en el sexenio del gobernador Alberto Cárdenas), lo dejó en el puesto.
Así están las cosas en Jalisco. ¡Que pase un buen día!

viernes, octubre 20, 2006

UN GOBERNADOR EN APUROS


El senador panista por Jalisco Alberto Cárdenas Jiménez firmó su postura contra el gobernador Francisco Ramírez Acuña por las reformas que éste pretende hacer a la Ley de Transparencia, para así auto exonerarse de la denuncia penal que cuelga sobre su cabeza por desacato equiparable al abuso de autoridad. Este bache judicial en su carrera le impide aterrizar con los pies por delante en la Secretaría de Gobernación.

El ex gobernador Cárdenas Jiménez también criticó fuerte que “presionen” a Felipe Calderón para que “los” incluya en su gabinete presidencial.
El senador dijo esto sin referirse directamente al gobernador de Jalisco, en una reunión que mantuvo con empresarios de la industria de la construcción de Jalisco, el lunes 4 de septiembre, en vísperas de que en la capital del país el Tribunal Federal Electoral emitiera su fallo favorable y declarara presidente electo a Felipe Calderón.

Ramírez Acuña fue quien en mayo del 2004 destapó a nivel nacional como precandidato panista a la Presidencia de la República a Felipe Calderón, entonces secretario de Energía.

El berrinche del presidente Vicente Fox fue mayúsculo al enterarse de que el michoacano se alzaba como aspirante presidencial, contra su entonces favorito Santiago Creel.

El “grupo” Jalisco encabezado por Ramírez Acuña fue inmune a las iras presidenciales y socarronamente dijo algo sí como que el que se enoja pierde y asunto concluido.

Vicente Fox, entonces, se tragó el coraje, pero despidió de la secretaría de Energía a Calderón Hinojosa, vía cese fulminante ejecutado por el también jalisciense Ramón Muñoz, entonces poderoso jefe de la Oficina para la Innovación Presidencial y hoy senador de la República.

El destape de Calderón se hizo en una granja del secretario de Administración Abraham González Uyeda, quien, dicen, también pretende integrarse al gabinete presidencial.

Lo cierto es que con la denuncia pendiente contra Ramírez Acuña, con efectos inmediatos en cuanto pierda el fuero el primero de marzo del 2007 que termina su mandato constitucional o en cuanto pidiera licencia en finales de noviembre para salir en la foto del gabinete inicial.

Cierto, Felipe Calderón le debe mucho a “Jalisco”, como lo reitera cada que puede Ramírez Acuña. Después de todo aquí fue destapado, aquí ganó la contienda interna a Santiago Creel y a Cárdenas Jiménez y los votos del 2 de julio en estas tierras fueron definitivos para las cuentas del IFE.

En Jalisco fue donde Calderón tuvo mayor votación del país, con 800 mil votos arriba de López Obrador.
Fue un total de un millón 435 mil votos los alcanzados aquí contra 600 y tantos mil del candidato de la Coalición Por el Bien de Todos.

Cierto que la campaña nacional, la guerra sucia y todo eso influyera, pero también que Ramírez Acuña le acarreó miles de votos rurales del Estado al hacer su informe itinerante en las 12 regiones de Jalisco, en vez de presentarlo normalito en el Congreso de Jalisco, como lo habían hecho todos los gobernadores que le precedieron.

Ramírez Acuña hizo un informe más que constitucional electoral, prometiendo y dando, convenciendo. Fue el mayor portavoz de las aspiraciones de Calderón y así se ganaba su puesto en Gobernación.
Sin embargo, la soberbia del gobernador Ramírez Acuña hizo que desacatara la Ley de Transparencia al negarse a cumplir una disposición de información sobre su sueldo, cosa ampliamente señalada en este espacio de Quehacer Político, en ediciones anteriores.

Ante esa denuncia Ramírez Acuña pretendió quitársela de encima con un recurso en el Tribunal Administrativo, pero como la ley de Transparencia es muy clara al respecto no pudo ejecutar esa maniobra y ahora pretende reformar la ley mediante una iniciativa elaborada por el diputado Salvador Cosío Gaona, ex priísta hoy perredista.

Ramírez Acuña niega que él sea el autor de la iniciativa, que son los diputados, pero que si le agrada la idea.
Claro que las reformas propuestas lo benefician y se libraría de la denuncia.
La destacada periodista tapatía Connie Ochoa entrevistó al senador Cárdenas Jiménez, y con su sabroso estilo documentó:

“El senador Alberto Cárdenas Jiménez, no quita el dedo del renglón y asegura que sería dar la espalda a la sociedad el aprobar la contrarreforma a la Ley de Transparencia.
En entrevista, el mandatario dijo que los legisladores que atenten contra la rendición de cuentas, sin importar el partido político al que pertenezcan, “no deberían volver a ser votados jamás”, dado que la sociedad sabría que no cumplieron con su responsabilidad.

“El senador panista estuvo con los empresarios de la industria constructora, a los que les garantizó que una vez que Felipe Calderón Hinojosa, sea declarado Presidente de la República electo, las tensiones con algunos grupos de la Coalición por el Bien de todos se reducirán.

“Luego, en entrevista posterior, Cárdenas Jiménez manifestó su extrañeza de que diputados “experimentados”, de todos los partidos políticos estén impulsando la reforma a la Ley de Transparencia, lo que le hace pensar que “algo raro está pasando ahí”. Hasta aquí con Connie.

El gobernador electo Emilio González Márquez también está contra Ramírez Acuña y así las cosas, tenemos a un gobernador en apuros, cosa que a los cercanos a Calderón como Josefina Vázquez Mota o Juan Camilo Mouriño no les apura.

¡Que pase un buen día!

martes, octubre 17, 2006

LA DESPEDIDA DEL GOBERNADOR Y EL REGRESO DE SANTILLÁN

Por Joel HUACUJA BETANCOURT

Secretario de Administración en el sexenio de don Enrique Álvarez del Castillo (QEPD), el político Javier Santillán Oceguera regresa fuerte al ring de la política de Jalisco. Fue precandidato del PRI a la gubernatura en la contienda del 2 de julio pasado, en donde le ganó Arturo Zamora Jiménez. Actualmente es delegado nacional del PRI en Yucatán y se perfila como próximo líder del revolucionario en Jalisco,

Zamora perdió finalmente la lucha electoral contra Emilio González Márquez, del PAN. Los emilistas tuvieron que luchar contra la fuerza del mismo gobernador panista, Francisco Ramírez Acuña, que apoyó con todo a su amigo Zamora. Esa factura se la están cobrando ya propios y extraños.

Ramírez Acuña realizó durante septiembre una serie de reuniones con cenas y comidas de despedida. Aseguraba que el primero de octubre se iba a México al equipo presidencial de Felipe Calderón, nada menos que a la Secretaría de Gobernación.

El todavía gobernador de Jalisco (termina el primero de marzo del 2007 su mandato) también se movió en la capital del país con periodistas y políticos, filtrando su presunta designación en el gabinete de Felipe Calderón.

Al parecer esta conducta triunfalista, poco discreta, y sobre todo sus etiquetas de testarudo (pesa en su contra una denuncia por desacato a la ley estatal de transparencia), radical y torturador (con docenas de recomendaciones en contra en la Comisión Estatal de Derechos Humanos), hicieron que Ramírez Acuña tenga que terminar su gobierno hasta el año próximo y agarrar una cartera de “segunda” como director del IMSS, o algo por el estilo, fuera de los reflectores principales.

Mientras eso sucede en las esferas panistas, en el PRI surge como nueva figura Javier Santillán, quien en días pasados hizo un balance del partido en una reunión del consejo político en el hotel Presidente Intercontinental.

Fuerte y directo, puso las cosas en claro contra los ex gobernadores Guillermo Cosío, Carlos Rivera Aceves y otros personajes como Javier Galván, Jorge Arana y Arturo Zamora.

Resumimos o ampliamos algunos aspectos de su discurso como presidente de la Comisión de Análisis y Evaluación de los Resultados Electorales, sobre todo en la parte que les toca al gobernador Ramírez Acuña y al ex candidato Arturo Zamora:

Pagamos caro los errores con Paco (Francisco). Sexenio cuestionadísimo a nivel nacional. Personalidad repudiada por propios y extraños. Habilidad política, sin duda. Eso representa Ramírez Acuña.

Hizo todo el trabajo posible para transmitir el poder a un candidato del PRI. Y ni aún así, dirían los chamacos. El proceso que llevó a Arturo Zamora a la candidatura es aleccionadoramente ilustrativo de la decadencia de la vida democrática del partido y de la actividad política en general en nuestro país.

Con un distanciamiento inocultable de las bases ciudadanas y de los cuadros sociales del pueblo, el candidato se identificó con los grupos de poder conocidos y otros supuestos que operan en la sociedad. Su personalidad ágil y arrolladora llegó a atropellar. Desde un principio se le advirtió decidido a no soltar ni ceder.

Quienes le conocen confirman su conducta. Esto puede ser interpretado de maneras distintas, incluso sus afanes de alguna forma denotan determinación, una cualidad indispensable para un político.

El problema surge cuando aparecen las sombras de la duda acerca de su probidad. Arturo Zamora tiene demasiado peso encima con los graves y fundados cuestionamientos sobre su riqueza personal. Y todo ello estuvo en medio del proceso interno y sobre todo externo. No obstante Ramírez Acuña había dejado mucho a favor de su amigo Arturo y éste finalmente fue vencido por la derecha.

Al partido le convendría quizá deslindarse en tanto se aclare jurídicamente su situación. Son cargas pesadas que debilitan cualquier postura o discurso.

Desarticulan los esfuerzos y propósitos bien intencionados. Lo peor es que no se conforma una nueva corriente capaz de convencer con hechos a menos que alguien con la suficiente capacidad de liderazgo, experiencia política y sobretodo una limpia trayectoria en términos de no haberse beneficiado individualmente con los cargos públicos, asuma esta tarea y perfile el nuevo partido.

Así las cosas ¿Será Javier Santillán quien responda a ese reto dada la autoridad moral y militancia incuestionable que lo distinguen? ¡Que pase un buen día!