miércoles, noviembre 29, 2006

La serenidad de un gobernador

Por Joel Huacuja Betancourt
• Ramírez Acuña fue un gobernador a secas, con fallas y terquedades. Cerrado a las corrientes ajenas a su círculo, mantuvo alejados talentos y perspectivas de progreso
GUADALAJARA, Jal.– Francisco Ramírez Acuña, gobernador de Jalisco, muestra en los últimos días de su mandato una serena y estoica actitud política. Está en juego su futuro activo como político, pero no el memorial histórico de ex gobernador de Jalisco que ya se ha ganado, ni la discreta indiferencia o el tibio respeto de siete millones de jaliscienses.
Ramírez Acuña nunca fue cercano a la gente, a los jaliscienses comunes. No fue populista en el sentido político ni popular en el humano.Mantuvo las distancias, el respeto a la investidura. No cayó en excesos ni en escándalos. No fue víctima de rumores o chistes malsanos. Si acaso quedan por ahí murmullos, no demostrados aún, de su presunta participación en jugosos negocios en el transporte público.
Fue un gobernador a secas, con fallas y terquedades. Cerrado a las corrientes ajenas a su círculo, mantuvo alejados talentos y perspectivas de progreso. Vetó primero y luego nulificó el Consejo Económico y Social de Jalisco. Un organismo modelo y único en la República Mexicana, pero que hasta estos últimos días de su mandato se mantiene como un ente fantasmal.
En lo político, se enfrentó al hoy gobernador electo Emilio González Márquez. En la contienda electoral del 2 de julio a la gubernatura del estado, se la jugó Ramírez Acuña por el candidato priísta Arturo Zamora. Esa factura le queda pendiente. Esa jugada política fue subterránea y poco conocida por la opinión pública, pero ahí está en el tapete.También Ramírez Acuña se enfrentó en diversas ocasiones al dirigente nacional del PAN, Manuel Espino, y al presidente Fox, cuando destapó aquí en Jalisco a Felipe Calderón.
El gobernador Ramírez Acuña fue cuestionado, recriminado, criticado por la obra pública. Poca y cara y sin prioridades y ni así relevó en el cargo a Claudio Sáinz, el secretario de Desarrollo Urbano catalogado como el más ineficiente de sus colaboradores, en un gabinete gris, en donde nunca brilló el talento político, la eficiencia administrativa o el sentido de la función pública. De ese equipo se salvan, aunque siempre se subordinaron con disciplina, Eduardo Rosales Castellanos, actual dirigente estatal del PAN (y posible sucesor de Manuel Espino en la dirigencia nacional panista) y Abraham González Uyeda, ex secretario de Finanzas, empresario lechero de Jalisco, y actualmente en el equipo de Felipe Calderón.
Ramírez Acuña gobernó a Jalisco sin luces ni sombras a su alrededor. Fue el gobernador solitario, el hombre y político que se encerraba en la soledad del despacho a tomar las decisiones. Medidas buenas o malas fueron suyas y el balance de la historia lo coloca en la medianía de la balanza.No fue ni muy bueno ni tan malo. Fue un gobernador al viejo estilo de la política mexicana.
José Antonio Gloria Morales, ex presidente estatal del Partido Acción Nacional en el año 2005, al calor de las contiendas internas por la sucesión en la dirigencia panista, declaró públicamente que Francisco Ramírez Acuña era “el más tradicional de los priístas”, en un ingenioso juego de palabras entre las pugnas de los grupos tradicionalistas del PAN y los yunquistas y neopanistas.
Como hombre, Francisco Ramírez Acuña siempre se mostró ante los jaliscienses como un hombre de respeto, digno, firme.Y así, con esa dignidad, enfrenta en la soledad de su despacho los últimos días de su mandato, un mandato sexenal que termina el uno de marzo de 2007, pero que podría terminar antes si es que Calderón lo llama a sus filas, al primer gabinete del 1 de diciembre próximo.
Ramírez Acuña, hasta el 20 de noviembre aún no había sido llamado para integrar ese equipo y ya lo ha dicho, sino es llamado a un puesto de primer nivel (Secretaría de Gobernación, Economía, Relaciones Exteriores...), por dignidad de los jaliscienses no aceptaría un cargo inferior. Después de todo, Jalisco fue quien le dio a Felipe Calderón el mayor número de votos, aquí fue destapado como precandidato a la Presidencia por el mismo Ramírez Acuña y aquí ganó la elección interna y la del 2 de julio.De cualquier manera, si se va antes o se queda, Francisco Ramírez Acuña será un buen ex gobernador...¡Que pase un buen día!

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