martes, octubre 31, 2006

TOMÁS CORONADO OLMOS Y JOSÉ CEBALLOS, ¿PARA EL GABINETE DE EMILIO GONZÁLEZ MÁRQUEZ?


Tomás Coronado Olmos, secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, se perfila como uno de los hombres fuertes en el equipo del gobernador electo, Emilio González Márquez. Las nueces y no el ruido, según afirman panistas enterados, hacen que sobresalga en esta etapa de la transición gubernamental de Jalisco.
Sin reflectores, con una labor discreta y eficiente en la segunda ciudad capital del país, el abogado Tomás Coronado Olmos reúne los requisitos para encabezar el gabinete de Emilio González para el próximo primero de marzo, según dicen algunos hombres del poder en la política estatal.
Esta corriente que pone al descubierto que Tomás Coronado sería el próximo secretario general de Gobierno fue corroborada por distintas fuentes.
Tomás Coronado fue diputado federal por el noveno Distrito de Jalisco, al ganar por mayoría relativa en las elecciones del 2000.
En la LVIII Legislatura (2000-2003) se destacó por presidir la influyente y destacada comisión de Gobernación y Seguridad Pública.
Sus participaciones en la tribuna y la iniciativa de ley que presentó sobre las reformas a la Ley Federal de Juegos con Apuestas y Sorteos, lo destacaron como legislador.
Sus participaciones en la comisión especial sobre seguridad pública, fueron otras de las tareas que hizo Coronado Olmos en la LVIII Legislatura.
Eso y su cercanía con el gobernador electo Emilio González Márquez, lo sitúan como el político con el mejor perfil para integrarse al gabinete en la cabeza como secretario general de Gobierno.
Tomás Coronado Olmos se quedó en el mismo cargo como secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, en donde era su jefe el entonces alcalde Emilio González Márquez.
Coronado Olmos, en esa etapa preelectoral, trató de competir por la candidatura del Partido Acción Nacional a la presidencia municipal de Guadalajara, pero la oposición del gobernador Francisco Ramírez Acuña y del presidente estatal del PAN, Eduardo Rosales (quien ya busca la presidencia nacional de su partido), le hicieron ver que no era el tiempo de confrontarse y finalmente le dejó libre el camino al ahora alcalde electo de Guadalajara, el médico Alfonso Petersen Farah.
Ahora, a cuatro meses del cambio del Ejecutivo el primero de marzo del 2007, el todavía secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara, Tomás Coronado, sigue con su trabajo municipal. El 20 de octubre encabezó en el basurero de Matatlán la destrucción de medio millón de películas y discos musicales piratas decomisados por los inspectores del Ayuntamiento tapatío. Sobrio y afable, sólo trabaja y no dice nada sobre sus aspiraciones...

JOSÉ CEBALLOS FLORES

Otro personaje de la política panista local es José Ceballos Flores, actual director del Archivo Histórico Municipal de Guadalajara.
El rumor es fuerte sobre su inclusión en el gabinete de Emilio González Márquez, como próximo secretario de Cultura.
Por lo menos, para tomar en cuenta la posibilidad de su arribo a la silla donde se rige la política cultural del Estado, tiene la amistad manifiesta del gobernador electo. Lo incluyó en su equipo de trabajo en el 2003 y pese a la oposición y repudio de varios sectores sociales y políticos (por antecedentes judiciales en el sexenio del gobernador Alberto Cárdenas), lo dejó en el puesto.
Así están las cosas en Jalisco. ¡Que pase un buen día!

viernes, octubre 20, 2006

UN GOBERNADOR EN APUROS


El senador panista por Jalisco Alberto Cárdenas Jiménez firmó su postura contra el gobernador Francisco Ramírez Acuña por las reformas que éste pretende hacer a la Ley de Transparencia, para así auto exonerarse de la denuncia penal que cuelga sobre su cabeza por desacato equiparable al abuso de autoridad. Este bache judicial en su carrera le impide aterrizar con los pies por delante en la Secretaría de Gobernación.

El ex gobernador Cárdenas Jiménez también criticó fuerte que “presionen” a Felipe Calderón para que “los” incluya en su gabinete presidencial.
El senador dijo esto sin referirse directamente al gobernador de Jalisco, en una reunión que mantuvo con empresarios de la industria de la construcción de Jalisco, el lunes 4 de septiembre, en vísperas de que en la capital del país el Tribunal Federal Electoral emitiera su fallo favorable y declarara presidente electo a Felipe Calderón.

Ramírez Acuña fue quien en mayo del 2004 destapó a nivel nacional como precandidato panista a la Presidencia de la República a Felipe Calderón, entonces secretario de Energía.

El berrinche del presidente Vicente Fox fue mayúsculo al enterarse de que el michoacano se alzaba como aspirante presidencial, contra su entonces favorito Santiago Creel.

El “grupo” Jalisco encabezado por Ramírez Acuña fue inmune a las iras presidenciales y socarronamente dijo algo sí como que el que se enoja pierde y asunto concluido.

Vicente Fox, entonces, se tragó el coraje, pero despidió de la secretaría de Energía a Calderón Hinojosa, vía cese fulminante ejecutado por el también jalisciense Ramón Muñoz, entonces poderoso jefe de la Oficina para la Innovación Presidencial y hoy senador de la República.

El destape de Calderón se hizo en una granja del secretario de Administración Abraham González Uyeda, quien, dicen, también pretende integrarse al gabinete presidencial.

Lo cierto es que con la denuncia pendiente contra Ramírez Acuña, con efectos inmediatos en cuanto pierda el fuero el primero de marzo del 2007 que termina su mandato constitucional o en cuanto pidiera licencia en finales de noviembre para salir en la foto del gabinete inicial.

Cierto, Felipe Calderón le debe mucho a “Jalisco”, como lo reitera cada que puede Ramírez Acuña. Después de todo aquí fue destapado, aquí ganó la contienda interna a Santiago Creel y a Cárdenas Jiménez y los votos del 2 de julio en estas tierras fueron definitivos para las cuentas del IFE.

En Jalisco fue donde Calderón tuvo mayor votación del país, con 800 mil votos arriba de López Obrador.
Fue un total de un millón 435 mil votos los alcanzados aquí contra 600 y tantos mil del candidato de la Coalición Por el Bien de Todos.

Cierto que la campaña nacional, la guerra sucia y todo eso influyera, pero también que Ramírez Acuña le acarreó miles de votos rurales del Estado al hacer su informe itinerante en las 12 regiones de Jalisco, en vez de presentarlo normalito en el Congreso de Jalisco, como lo habían hecho todos los gobernadores que le precedieron.

Ramírez Acuña hizo un informe más que constitucional electoral, prometiendo y dando, convenciendo. Fue el mayor portavoz de las aspiraciones de Calderón y así se ganaba su puesto en Gobernación.
Sin embargo, la soberbia del gobernador Ramírez Acuña hizo que desacatara la Ley de Transparencia al negarse a cumplir una disposición de información sobre su sueldo, cosa ampliamente señalada en este espacio de Quehacer Político, en ediciones anteriores.

Ante esa denuncia Ramírez Acuña pretendió quitársela de encima con un recurso en el Tribunal Administrativo, pero como la ley de Transparencia es muy clara al respecto no pudo ejecutar esa maniobra y ahora pretende reformar la ley mediante una iniciativa elaborada por el diputado Salvador Cosío Gaona, ex priísta hoy perredista.

Ramírez Acuña niega que él sea el autor de la iniciativa, que son los diputados, pero que si le agrada la idea.
Claro que las reformas propuestas lo benefician y se libraría de la denuncia.
La destacada periodista tapatía Connie Ochoa entrevistó al senador Cárdenas Jiménez, y con su sabroso estilo documentó:

“El senador Alberto Cárdenas Jiménez, no quita el dedo del renglón y asegura que sería dar la espalda a la sociedad el aprobar la contrarreforma a la Ley de Transparencia.
En entrevista, el mandatario dijo que los legisladores que atenten contra la rendición de cuentas, sin importar el partido político al que pertenezcan, “no deberían volver a ser votados jamás”, dado que la sociedad sabría que no cumplieron con su responsabilidad.

“El senador panista estuvo con los empresarios de la industria constructora, a los que les garantizó que una vez que Felipe Calderón Hinojosa, sea declarado Presidente de la República electo, las tensiones con algunos grupos de la Coalición por el Bien de todos se reducirán.

“Luego, en entrevista posterior, Cárdenas Jiménez manifestó su extrañeza de que diputados “experimentados”, de todos los partidos políticos estén impulsando la reforma a la Ley de Transparencia, lo que le hace pensar que “algo raro está pasando ahí”. Hasta aquí con Connie.

El gobernador electo Emilio González Márquez también está contra Ramírez Acuña y así las cosas, tenemos a un gobernador en apuros, cosa que a los cercanos a Calderón como Josefina Vázquez Mota o Juan Camilo Mouriño no les apura.

¡Que pase un buen día!

martes, octubre 17, 2006

LA DESPEDIDA DEL GOBERNADOR Y EL REGRESO DE SANTILLÁN

Por Joel HUACUJA BETANCOURT

Secretario de Administración en el sexenio de don Enrique Álvarez del Castillo (QEPD), el político Javier Santillán Oceguera regresa fuerte al ring de la política de Jalisco. Fue precandidato del PRI a la gubernatura en la contienda del 2 de julio pasado, en donde le ganó Arturo Zamora Jiménez. Actualmente es delegado nacional del PRI en Yucatán y se perfila como próximo líder del revolucionario en Jalisco,

Zamora perdió finalmente la lucha electoral contra Emilio González Márquez, del PAN. Los emilistas tuvieron que luchar contra la fuerza del mismo gobernador panista, Francisco Ramírez Acuña, que apoyó con todo a su amigo Zamora. Esa factura se la están cobrando ya propios y extraños.

Ramírez Acuña realizó durante septiembre una serie de reuniones con cenas y comidas de despedida. Aseguraba que el primero de octubre se iba a México al equipo presidencial de Felipe Calderón, nada menos que a la Secretaría de Gobernación.

El todavía gobernador de Jalisco (termina el primero de marzo del 2007 su mandato) también se movió en la capital del país con periodistas y políticos, filtrando su presunta designación en el gabinete de Felipe Calderón.

Al parecer esta conducta triunfalista, poco discreta, y sobre todo sus etiquetas de testarudo (pesa en su contra una denuncia por desacato a la ley estatal de transparencia), radical y torturador (con docenas de recomendaciones en contra en la Comisión Estatal de Derechos Humanos), hicieron que Ramírez Acuña tenga que terminar su gobierno hasta el año próximo y agarrar una cartera de “segunda” como director del IMSS, o algo por el estilo, fuera de los reflectores principales.

Mientras eso sucede en las esferas panistas, en el PRI surge como nueva figura Javier Santillán, quien en días pasados hizo un balance del partido en una reunión del consejo político en el hotel Presidente Intercontinental.

Fuerte y directo, puso las cosas en claro contra los ex gobernadores Guillermo Cosío, Carlos Rivera Aceves y otros personajes como Javier Galván, Jorge Arana y Arturo Zamora.

Resumimos o ampliamos algunos aspectos de su discurso como presidente de la Comisión de Análisis y Evaluación de los Resultados Electorales, sobre todo en la parte que les toca al gobernador Ramírez Acuña y al ex candidato Arturo Zamora:

Pagamos caro los errores con Paco (Francisco). Sexenio cuestionadísimo a nivel nacional. Personalidad repudiada por propios y extraños. Habilidad política, sin duda. Eso representa Ramírez Acuña.

Hizo todo el trabajo posible para transmitir el poder a un candidato del PRI. Y ni aún así, dirían los chamacos. El proceso que llevó a Arturo Zamora a la candidatura es aleccionadoramente ilustrativo de la decadencia de la vida democrática del partido y de la actividad política en general en nuestro país.

Con un distanciamiento inocultable de las bases ciudadanas y de los cuadros sociales del pueblo, el candidato se identificó con los grupos de poder conocidos y otros supuestos que operan en la sociedad. Su personalidad ágil y arrolladora llegó a atropellar. Desde un principio se le advirtió decidido a no soltar ni ceder.

Quienes le conocen confirman su conducta. Esto puede ser interpretado de maneras distintas, incluso sus afanes de alguna forma denotan determinación, una cualidad indispensable para un político.

El problema surge cuando aparecen las sombras de la duda acerca de su probidad. Arturo Zamora tiene demasiado peso encima con los graves y fundados cuestionamientos sobre su riqueza personal. Y todo ello estuvo en medio del proceso interno y sobre todo externo. No obstante Ramírez Acuña había dejado mucho a favor de su amigo Arturo y éste finalmente fue vencido por la derecha.

Al partido le convendría quizá deslindarse en tanto se aclare jurídicamente su situación. Son cargas pesadas que debilitan cualquier postura o discurso.

Desarticulan los esfuerzos y propósitos bien intencionados. Lo peor es que no se conforma una nueva corriente capaz de convencer con hechos a menos que alguien con la suficiente capacidad de liderazgo, experiencia política y sobretodo una limpia trayectoria en términos de no haberse beneficiado individualmente con los cargos públicos, asuma esta tarea y perfile el nuevo partido.

Así las cosas ¿Será Javier Santillán quien responda a ese reto dada la autoridad moral y militancia incuestionable que lo distinguen? ¡Que pase un buen día!