miércoles, octubre 24, 2007

Los pecados de Jorge

JALISCO

Por Joel Huacuja Betancourt, corresponsal

Guadalajara, Jal. No todo en la vida es rosa o azul. En las telenovelas y la política tampoco. Jorge Arana Arana y Jorge Vizcarra Mayorga protagonizan una tragicomedia en Tonalá. Hay villanos y víctimas, pero no héroes.

Jorge Arana fue presidente municipal de Tonalá hasta 1999 cuando pidió licencia para contender por el PRI a la gubernatura. En esos años se asentaron las incipientes mafias de las máquinas tragamonedas. El entonces alcalde dejó que entraran al territorio y que operaran cuando en algún momento se cruzaron las vidas y los negocios del ex diputado y ex panista Leobardo Treviño Marroquín, considerado el zar de las tragamonedas con redes por todo el país y extendidas a Centro y Sudamérica.

Hoy, tan solo en Tonalá, ese negocio representa ganancias ilícitas por lo menos de dos millones de pesos semanales, casi 100 millones por año, que dejan de cuota las cerca de 10 mil maquinitas a 200 pesos semanales por aparato.

Jorge Vizcarra Mayorga, del PAN, ganó las elecciones municipales del 2006 y el primero de enero del 2007 tomó posesión en un Ayuntamiento a oscuras porque la administración saliente de Palemón García (PRI) no cubrió los adeudos a la Comisión Federal de Electricidad.

Las arcas quedaron vacías y el nuevo tesorero hizo circo con maromas para pagar las cuentas y las nóminas. Después de ese mal comienzo, la administración de Vizcarra no tuvo un día de paz. Escándalos con funcionarios golpeados, atentados, quema de vehículos, el cese del director de Policía Miguel Magaña, el enfrentamiento del secretario general Ricardo Sigala Orozco y golpeteos mediáticos sistemáticos hicieron un “infierno” de la presidencia municipal.

En abril 24 fue asesinado Carlos Romo Guízar, director de Mejoramiento Urbano y compadre del alcalde Vizcarra. Ese homicidio consumado en las afueras de la casa de la víctima en una céntrica colonia de Tonalá por dos sujetos que le dispararon cuando abordaba su vehículo, fueron posteriormente detenidos por agentes de la Procuraduría de Justicia de Jalisco.

Los dos detenidos fueron arraigados y ya cumplen más de un mes retenidos por la Procuraduría y en ese lapso fueron detenidos otros presuntos cómplices y estos acusarían al secretario general Ricardo Sigala como autor intelectual del asesinato.

El martes 23 de octubre se informó que la Procuraduría de Justicia había conseguido la orden de aprehensión contra Sigala, quien semanas antes solicitó licencia por enfermedad. Siempre mantuvo su postura de que era inocente de los cargos imputados y a la fecha es perseguido por agentes estatales que le siguen la pista hasta Baja California.

Desde el Congreso del Estado el diputado Jorge Arana atacó un día sí y otro también al alcalde tonalteca en turno, el otro Jorge. Arana utilizó todos los medios a su alcance, incluidas sarcásticas declaraciones al decir que palemón García “es un santo comparado con Jorge Vizcarra”.

El martes 23 de octubre Jorge Vizcarra se reunió en el Club de Industriales de Jalisco con los seis coordinadores de los diputados locales. Adentro, en los elegantes salones del Club de la empresaria Sandra López Benavides, Jorge Vizcarra presentó su versión documentada de los hechos y convenció a los legisladores de su inocencia, entre ellos a uno de los que estaban contra el edil, el diputado Samuel Romero Valle del PRD y mientras afuera una docena de personas con pancartas gritaban consignas contra el alcalde. Entre los “revoltosos” estaban operadores de los regidores priístas tonaltecas encabezados por Joaquín Domínguez, hijo político de Jorge Arana.

En los documentos que presentó Vizcarra están las acciones que hizo desde los inicios de su administración contra la operación de las máquinas tragamonedas en su municipio. En una de esas operaciones los agentes federales decomisaron en una noche cerca de 500 aparatos. Muy lejos de los 10 mil que operan en esa zona.

Vizcarra tal vez pecó de ingenuidad al atacar una mafia establecida desde hace varios años y sus funcionarios, como el ex director de Policía Magaña, el asesinado Carlos Romo y el hoy prófugo Ricardo Sigala quisieron quedarse para sí el multimillonario negocio de dos millones de pesos semanales.

Pero los verdaderos pecados políticos de Jorge Vizcarra son por no definirse políticamente y haber “coqueteado” con Herbert Taylor Arthur, jefe del clan del gobernador Emilio González Márquez y con la contra que es Abraham González Uyeda, subsecretario de Gobernación y jefe político del panismo tonalteca. La indefinición le cuesta cara a Vizcarra, de quien dicen, los enterados, saldría del “hoyo” volteando los ojos a Bucareli…

¡Que pase un buen día!

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